Unicef y firma colombiana producen ladrillos resistentes a sismos
Notimex, 17 de octubre de 2019
Naciones Unidas.- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la empresa colombiana Conceptos Plásticos se unieron para transformar desechos plásticos en ladrillos que resisten los sismos, el calor y las inundaciones, destacó el organismo del foro mundial.
Con los ladrillos se construyen ahora salones de clase en Costa de Marfil, en un proyecto que genera trabajo para las mujeres más vulnerables y a la vez promueve mejor educación para sus hijos.
Noticias ONU refirió una charla con uno de los creadores de la compañía que ahora construye una fábrica en África.
Oscar Méndez y su socia Isabel Cristina Gámez fundaron la compañía Conceptos Plásticos, y al hacerlo pensaron en involucrar comunidades vulnerables, generar impactos sociales y ambientales y facilitar viviendas para los más necesitados en su natal Colombia.
La empresa, que utiliza desechos plásticos para crear ladrillos que se ensamblan como piezas de lego y pueden ser utilizados para construir casas y otras edificaciones, ha ganado concursos y reconocimiento internacional.
Esto hizo que Unicef concretara una alianza con Conceptos Plásticos con la idea de llevarlo a Costa de Marfil, un país que necesita desesperadamente unas 15 mil aulas de clase.
“Más que un simple bloque plástico es mucho más un proyecto de desarrollo. Es un proyecto de impactos sociales, ambientales y realmente de desarrollo en muchos aspectos”, explicó Méndez, quien visitó las Naciones Unidas durante la Asamblea General para enseñar el trabajo que la compañía lleva a cabo con Unicef.
«Trabajamos desde el inicio empoderando Comunidades de recicladores tanto en Colombia como en África. Nosotros podemos usar plásticos que no todo el mundo recicla o plástico de difícil disposición”, añadió.
«La idea», dijo, “es que estas personas puedan recolectarlos. Eso tiene un valor obviamente, entonces nosotros los compramos y a veces empoderamos su logística”.
Explicó que cada tipo de plástico les da una propiedad diferente a los ladrillos, por lo que se mezclan para obtener el producto deseado.
“Lo derretimos por completo y lo ponemos en unos moldes para darles la forma. Ya con el producto buscamos proyectos que vayan a comunidades también de escasos recursos, bien sea temas de vivienda o temas de salones de clase como lo estamos haciendo con Unicef”, expuso.
Los ladrillos son fáciles de ensamblar, duraderos y de bajo costo. Armado con un martillo, Méndez les mostró a los participantes de la Asamblea General en Nueva York como el material es resistente.
“Al principio, nos pasa en todos los sitios que la gente dice ¡una casa de plástico! y piensa en una bolsa, la gente relaciona el plástico con una bolsa”, narró.
Entonces “piensan que acercando un encendedor se va a prender y que atravesando un dedo se va a romper. Cuando ven el producto y lo sólido que es se dan cuenta y empiezan a pesar de una manera distinta, entonces romper esa barrera inicial del usuario es muy fácil”, contó Méndez.
Se trata de un producto que es dos veces más fuerte que cualquier material de construcción tradicional; es termo acústico así que puede usarse en clima cálido y frío y mantiene temperatura confort; también es antisísmico, y no propaga llamas.
A esto se añade que “es completamente impermeable, tú lo puedes poner en el mar, en agua salada, en agua dulce, e instalarlo incluso dentro del agua o en sitios que se inundan y es muy fácil”, destacó.
Además, es un sistema que se arma y se desarma, entonces “tú puedes armar una vivienda en una semana o puedes armar un aula de clase en cuatro días, y después la puedes desarmar y moverla o cambiarla de lugar o ampliarla. Entonces es un sistema realmente muy amigable”.
Una vez se manufacturan los ladrillos con el material plástico, la compañía también enseña a las comunidades a ensamblarlos, dijo el emprendedor.
“En el proyecto piloto en Costa de Marfil con Unicef invitamos a unas personas de la comunidad, a un par de mujeres para que nos ayudaran con la construcción”, expuso.
En un par de horas ya habían aprendido, y después eso genera apropiación y genera como una confianza en el sistema entonces “nos ha ido muy bien con eso”, aseguró.
Es una planta de mil toneladas mensuales, se trata de un inicio, de un piloto y luego veremos cuál es el siguiente país en África, añadió.
El gobierno del país africano ha ayudado a la compañía y a Unicef para la construcción de una fábrica que será inaugurada este año.
“Es una planta de mil toneladas mensuales, se trata de un inicio, de un piloto y luego veremos cuál es el siguiente país en África”, explicó Gámez .
Según Unicef, en Costa de Marfil hace falta construir 15.000 salones de clase para atender las necesidades de los niños que no tienen un lugar en que estudiar. Inicialmente, se utilizará plástico reciclado recogido de zonas contaminadas de Abiyán y sus alrededores para construir 500 salones de clase para más de 25.000 niños en un plazo máximo de dos años, con la intención de aumentar la producción después.