Solteras a los 30, pero felices con su elección
Excélsior, 13 de diciembre de 2013
Están por todas partes. En la dirección de las empresas y puestos gerenciales, en las escuelas, en los gobiernos, en los medios de comunicación y en las organizaciones sociales. Son mujeres solteras de 30 años que persiguen diferentes metas, menos cambiar su estado civil.
Norma Cruz Maldonado, docente de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), explicó que el empoderamiento del sexo femenino en los últimos años ha permitido transformar sus perspectivas de vida.
“Hace algunas décadas las mujeres se concentraban sólo en aprender labores domésticas para posteriormente atender a sus familias; después optaron por ir a la escuela, pero mientras conseguían marido, pero ahora casarse o formar una familia ha pasado a segundo plano”.
Karina Rodríguez, abogada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene 35 años y labora en el sistema penal federal desde hace una década.
En el tiempo transcurrido ha logrado escalar varias posiciones, pero aún le queda camino por recorrer.
Explica que el cambio en la perspectiva de vida en las mujeres está directamente relacionado con su nivel académico.
De acuerdo con el último Censo de Población y Vivienda realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 29.9% de la población de 15 años y más es soltera. Y aunque la proporción de varones es mayor al de las mujeres cada vez aumenta más el número de éstas.
Cambio de percepción
Pedro Salgado, sociólogo por la UNAM, asegura que la transformación de las perspectivas de vida de las mujeres está acompañada del cambio de la concepción social de la soltería.
“Ser soltero después de los 30 antes era visto como un defecto, sobre todo en las mujeres, pues se pensaba que alguna falla debían tener para que nadie las eligiera, pero ahora se concibe como una elección”.
A decir del especialista, el cambio de la percepción social radica en la concientización de que las mujeres tienen capacidad de desarrollarse profesionalmente en los mismos puestos que los varones, además del derecho de buscar pareja según sus expectativas.
“Cada vez es más común encontrar mujeres dirigiendo empresas en industrias en las que anteriormente no tenían cabida como la automotriz, la construcción u otras…Y cada vez son más las mujeres que eligen a sus parejas de acuerdo con las expectativas que se han fijado”, destacó.
“Las mujeres hemos descubierto que la felicidad está en la realización personal. Comienza en el logro de nuestras metas académicas, nuestros logros profesionales, en las relaciones familiares y de amistad que cimentamos”, apunta Laura Martínez, contadora de 38 años.
Para ella la soltería ha sido la oportunidad para realizarse en el ámbito profesional e individual.
“Soy una mujer soltera que ha podido realizarse no sólo en el trabajo, sino también como hermana, hija y amiga.”
Y aunque está comprometida dice que ésta ha sido una de las etapas más felices de su vida, por lo que está preparada para iniciar otro ciclo: formar una familia.
Cuestión de tiempo
El modo de vida actual también exige la transformación de las relaciones sociales, debido a la falta de tiempo para frecuentarse. Este fenómeno ha detonado la soltería, sobre todo en mujeres cuya profesión exige la inversión de gran parte de su tiempo.
Abogadas, doctoras, administradoras, aeromozas y reporteras tienden a carecer de tiempo para establecer relaciones de largo plazo, mientras que las mujeres cuyas profesiones les permiten tener horarios más flexibles de trabajo son más propensas a establecer relaciones duraderas.
A pesar de ello, los expertos coinciden en que la decisión de casarse o formar una familia más allá de estar ligado a la edad, al tiempo libre o a las presiones sociales debe ser una elección personal.