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Nubes esconden a Don Goyo; mantiene expulsiones de ceniza y vapor de agua

Nubes esconden a Don Goyo; mantiene expulsiones de ceniza y vapor de agua

, 6 de agosto de 2013

El cráter del Popocatépetl amaneció ayer cubierto por nubes, las que impidieron que se realizara la tarea de observación por parte de personal de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) y del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) de la Secretaría de Gobernación (Segob).

De acuerdo con el último reporte del organismo, correspondiente a las 11:00 horas del lunes, el volcán había registrado en las últimas 24 horas 22 exhalaciones de baja y moderada intensidad.

Las expulsiones de ceniza y vapor de agua más importantes ocurrieron a las 7:36 y 7:51 horas, luego de un fin de semana con más de 100 eventos similares.

En la primera emanación la columna de cenizas alcanzó dos kilómetros de altura y en el segundo evento un kilómetro de elevación.

A bordo de un avión Casa 235 Persuader, de fabricación española, equipado con una cámara de visión normal y otra con infrarrojo, viajaron tres tripulantes, a cargo del capitán de fragata Alexis Enríquez Cuña.

Junto con los dos operadores del equipo de monitoreo, abordaron la aeronave Ramón Espinasa, subdirector de Riesgos Geológicos, y Amiel Nieto, jefe del Departamento de Vulcanología del Cenapred.

El plan de vuelo era similar al que ha venido realizando la Marina para apoyar a los especialistas del Cenapred en los últimos meses, desde que se ha detectado un incremento en la actividad del coloso.

La aeronave se tenía que aproximar a una distancia de entre 15 a 20 millas del cráter, para que los equipos de visión grabaran el interior, mientras que Espinasa y Nieto hicieran sus observaciones directas al interior de la boca de la montaña.

El objetivo era apreciar el domo de lava que se forma en la boca del cráter, que determina la intensidad de las fumarolas y la intensidad del material expulsado.

Si el domo se llegara a cerrar por completo, el riesgo de una explosión de grandes dimensiones aumenta y, en caso contrario, su ausencia permite el flujo de material y evita la deformación del cuerpo de la montaña.

Para llegar al volcán se voló por la ruta al norte del Popo y de la Mujer Dormida, el Iztaccíhuatl, para posteriormente descender hacia el cráter, que a la distancia se veía copado de nubes, lo que pegó en el ánimo de los investigadores.

A simple vista, una gran nube con ceniza era lo único que se podía apreciar desde el interior del avión Casa 235 Persuader de la Armada de México.

Con las cámaras de monitoreo el resultado era el mismo: no había un claro que permitiera ver la boca del cráter y el domo de lava, luego de dos días de moderada intensidad.

Los pilotos de aproximaron y rodearon hacia el sur del volcán, con la esperanza de que se abriera el banco de nubes en esa ruta, pero fue imposible, la naturaleza se impuso por esta ocasión.

Se espera que el próximo vuelo para revisar el cráter del Popocatépetl se realice esta semana, luego de que el Cenapred haga la petición correspondiente, con la esperanza de un mejor clima que permita la observación.