Miles de personas acudieron a dar cristiana sepultura al cardenal Sergio Obeso Rivera
Piedad Pérez, 14 de agosto de 2019
Xalapa, Ver.- El domingo por la noche, la Catedral Metropolitana dobló las campanas para anunciar el luto de la Iglesia católica por el cardenal Sergio Obeso Rivera, quien falleció luego de una enfermedad que le causó agonía.
El testamento de un hombre sencillo, que dedicó su vida a la evangelización, se encontraba escrito que por voluntad, fuera sepultado en un sencillo cajón de madera sin detalle, con las banderas de México y del Vaticano ambas, hechas en tela que le cubrieran junto con sus ornamentos basados en palio arzobispal, el bonete y pectoral cardenalicio, en su cabecera un solo cirio pascual que le diera luz hacia el camino de la paz eterna.
Miles de personas provenientes de diversos puntos del estado y del país tuvieron la oportunidad de velar el cuerpo del cardenal Sergio Obeso, expuesto a ras del piso en elevación de humildad cristiana.
¿Cuántas anécdotas se contaron en estos dos días de velorio en la catedral? Cientos, y casi todas ellas de enlaces matrimoniales, bautizos, confirmaciones, auxilio a seminarios; dicen los propios feligreses que tenía una memoria excepcional, donde se acordaba de cada una de las personas que conocía en sus nombres y apodos.
Alrededor de 3 mil 500 diferentes personas escucharon cada dos horas la misa de responso y eucaristía que se ofrecía en la catedral, para luego al mediodía del martes realizarse la exequias del Excelentísimo Sergio Obeso, trasladado en hombros de sacerdotes hacia su última morada, ubicada en la capilla de los obispos con la Virgen de la Soledad de Custodia, en la propia catedral.
La lapida que cubre la tumba del Cardenal lleva su escudo episcopal, fecha de nacimiento, muerte, primera y última letra del alfabeto griego alfa y omega, así como la frase “piadoso Jesús, dale el descanso eterno”.
Descanse en paz el cardenal Sergio Obeso Rivera.