Los camilleros covid, héroes de la movilidad en la salud
Leticia Silva, 18 de noviembre de 2020
Xalapa, Ver.- Leonardo Daniel Rodríguez Zapata es camillero covid y presta sus servicios en el Hospital Regional Número 11 del Instituto mexicano del Seguro Social (IMSS).
Al igual que muchos profesionales de la salud, Leonardo tiene que cubrir su rostro por las protecciones sanitarias que utiliza, sin embargo, su disposición y entereza le han formado para cumplir con calidez y absoluta humanidad su importantísima función.
Los camilleros no son solo esas personas que realizan los traslados de los pacientes, en más de una ocasión son medulares en el apoyo a los paramédicos, trasladan o movilizan el instrumental médico a diferentes lugares del hospital, por ejemplo, al quirófano o a la sala de rayos X, o de una sala o planta a otra, son quienes se aseguran que los pacientes, y/o instrumental se encuentran en el lugar adecuado en el momento adecuado.
«Experiencias buenas y algunas tristes. Cansado por estar con el equipo muchas horas y aunque es cansado, me siento feliz por poder ayudar a los pacientes que lo requieren; me siento feliz por haber podido ayudar a un paciente de 28 años que estuvo muchos días entubado y me tocó a mi ayudarlo a ir con su familia. Hubo una ocasión en que un paciente me pidió mi celular prestado para poder hablarle a su esposa y como me tocaba al otro día descanso, cuando regresé me enteré que el paciente había fallecido. A pesar de que estamos cansados yo les exhorto a que sigan dando el máximo para poder superar esta pandemia”.
Así relata su experiencia Leonardo, y a través de una sola anécdota, expresa en la fragilidad del ser humano lo mucho que puede significar el servicio y la atención, como ese gesto de prestar su aparato telefónico y permitir hacer una llamada a un paciente que, sin el saberlo, al otro día estaría muerto.
Estar hospitalizado puede ser una experiencia muy estresante e incluso aterradora, para quienes debido a la pandemia, tienen que permanecer aislados, sin siquiera ver el rostro del personal médico que le atiende por las protecciones que utilizan, ante ello todo gesto de compasión y calidez puede hacer la diferencia, a veces tan solo una sonrisa, una mirada o una palabra amable y cálida, tranquiliza y determina una gran diferencia entre el trabajo y el servicio.