Guiada por el CAI, la comunidad nahua de Veracruz preserva su patrimonio
, 23 de septiembre de 2015
Papantla, Ver., 23 de septiembre de 2015.- Como parte de la socialización del modelo de enseñanza-aprendizaje totonaca, que impulsa la transmisión y preservación integral del conocimiento, el Centro de las Artes Indígenas (CAI) ha compartido su experiencia y saber con la comunidad nahua de Lomas del Dorado, municipio de Ixhuatlán de Madero, en la Huasteca veracruzana.
En este proceso, 15 integrantes de Xochikali Tepeko: Moyolitia Sintsi —La Casa de la Flor en Tepeko: Maíz que renace—, visitaron en días pasados dicha institución del Totonacapan y conversaron con el Consejo de Abuelos y los coordinadores de las Casas-Escuela en torno a los logros obtenidos.
Este diálogo entre totonacas y nahuas se dio en el Kantiyán, la Casa de los Abuelos, y tuvo como ejes las labores de regeneración del patrimonio que Xochikali Tepeko ha llevado a cabo en cuatro surcos para fortalecer a La Casa de la Flor como espacio de transformación y metáfora de la vida; es decir, un sitio de enseñanza sustentado en los valores y principios del saber, atesorados por los Huehuetlajtoli —Ancianos—.
Tras asegurar que “gran parte del saber en el que se sustenta nuestra práctica cotidiana se ha extraviado en el tiempo y otros saberes permanecen sólo como atisbos, queremos recuperarlos para fortalecer nuestros corazones y forjar un nuevo rostro”, los visitantes nahuas explicaron que las enseñanzas que comparten en Xochikali son guiadas por las abuelas de las comunidades, con la asesoría de docentes de instituciones como la Universidad Veracruzana (UV) Intercultural con sede en Ixhuatlán de Madero.
Dichas sesiones de transmisión del conocimiento incluyen acciones reflexivas, talleres, prácticas espirituales, cantos y danzas. Esto se realiza como parte de las siguientes líneas de trabajo, o surcos.
Xochitlatsotsontli —Música ceremonial—: enseñanza de los sones del maíz.
Tlatothtokanij —Los sembradores—: transmisión de la valoración práctica y simbólica de la milpa.
Huehuetlajtoli —Sabiduría de los ancianos—: recuperación de la memoria filosófica e histórica.
Yektlajtsontli —Arte textil—: recuperación de la iconografía comunitaria través del bordado en punto de cruz.
Además, para la construcción de Xochikali, complejo cultural-espiritual a partir del sustento filosófico nahua, los integrantes de la comunidad han dialogado con miembros de la Facultad de Arquitectura de la UV.
Dado que la columna vertebral del trabajo en La Casa de la Flor son las ceremonias agrícolas propiciatorias y de agradecimiento, durante el año se pone especial atención en los siguientes momentos: Xochiyankuilistli —Renovación de las flores— (enero), Atlatlakualtilistli —Agradecimiento y petición de agua de lluvia— (mayo-junio) y Elotlamanilistli —Ceremonia del elote— (agosto-septiembre).
Este diálogo entre identidades y el flujo de la savia totonaca hacia el esfuerzo nahua, en pro de la memoria cultural, confirma el trascendente papel del Centro de las Artes Indígenas como faro para los pueblos originarios.