Genoma del océano ayuda a combatir pandemia de COVID-19
Notimex, 6 de mayo de 2020
Ginebra.- Con los números de muertes e infecciones en aumento diariamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dejado en claro que los países deben hacer pruebas y más pruebas para combatir con éxito la pandemia de COVID-19, y eso ha atraído una atención renovada a la diversidad genética del océano.
El “genoma del océano” es una rica fuente de compuestos antivirales. En particular, las enzimas de una bacteria de ventilación hidrotermal han sido clave para la tecnología en los kits de prueba de virus, incluidos los utilizados para diagnosticar la COVID-19.
Igualmente, una proteína derivada de un alga roja de arrecife de coral alrededor de las Islas Canarias ha sido valiosa en la lucha contra el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente, una enfermedad también causada por un coronavirus estrechamente relacionado con el responsable de la COVID-19.
Esta atención renovada a la diversidad genética de los organismos oceánicos también trae preocupaciones de conservación y equidad, revelan dos documentos de investigación recientes encargados por el Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible (Panel Ocean).
Esta investigación ha encontrado múltiples amenazas que enfrenta el genoma del océano, poniendo en peligro oportunidades para nuevos usos comerciales y científicos.
Al mismo tiempo, existe una relación desequilibrada entre los países de ingresos bajos y medianos que albergan la mayoría de la biodiversidad marina y los países de ingresos altos, que poseen la capacidad de investigación, tecnología, infraestructura y finanzas para desarrollar la biotecnología marina.
Estos documentos establecen una lista clara de acciones que los gobiernos y los investigadores marinos pueden tomar para salvaguardar el genoma del océano y compartir sus beneficios de manera equitativa.
El genoma del océano, o el material genético presente en todos los organismos marinos y la información que codifica, es la base sobre la que descansan los ecosistemas marinos.
Esta diversidad genética determina la abundancia y la resistencia de los recursos biológicos marinos, incluidas la pesca y la acuicultura, que constituyen un pilar importante de la seguridad alimentaria y los medios de vida para muchos países.
Los organismos marinos están actualmente amenazados por la sobreexplotación, la pérdida y degradación del hábitat, la contaminación, el cambio climático, las especies invasoras y más.
Por su singularidad y la imposibilidad de reemplazar el material genético asociado con cada especie marina, cualquier evento que conduzca a su extinción resultará en la desaparición de su información genética, por lo cual estas presiones también amenazan el potencial del genoma del océano para abordar los desafíos actuales como el cambio climático y la COVID-19, así como las amenazas futuras desconocidas, como otras enfermedades nuevas.
Mencionan que a pesar del rápido progreso tecnológico que permite la exploración de la vida marina a nivel genético, y a pesar de los prometedores beneficios del genoma del océano para la sociedad, persisten grandes brechas en el conocimiento.
Por ejemplo, la mayoría de las especies marinas permanecen sin describir; a la mayoría de los genes de organismos marinos unicelulares no se les pueden asignar funciones, y las funciones de alrededor del 90 por ciento de las secuencias genéticas recolectadas de los virus marinos siguen siendo desconocidas.
Comprometer la conservación de estos organismos, cuando todavía sabemos muy poco acerca de ellos, podría dejarnos sin activos valiosos para abordar y adaptarnos a las amenazas globales de la degradación ambiental y las enfermedades.
Las investigaciones urgen a garantizar que el genoma oceánico se utilice de manera sostenible, justa y equitativa. “Los gobiernos, los investigadores y las empresas deben garantizar que los países de ingresos bajos o medios se beneficien de su propia diversidad genética marina, y que los países más ricos no exploten injustamente estos recursos”.
Ambos documentos están actualmente en discusión en las negociaciones de la Organización de las Naciones Unidas y a través del Convenio sobre la Diversidad Biológica.