Estratégico, el rol de la UNAM para salvaguardar la seguridad de la nación, afirma el Rector Lomelí
Agencia de Noticias RTV (UNAM), 3 de diciembre de 2024
- Inicia el “Simposio 30 años de la reactivación del Popocatépetl: Estado del conocimiento sobre el volcán”
Ciudad de México.- Al inaugurar el “Simposio 30 años de la reactivación del Popocatépetl: Estado del conocimiento sobre el volcán”, el rector recalcó que el carácter nacional de la UNAM implica una gran responsabilidad.
Explicó que a partir de aquel momento, la colaboración entre esta casa de estudios y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) fue clave para establecer el Comité Científico Asesor, un espacio donde la ciencia y la protección civil se articulan orgánicamente para tomar decisiones conjuntas que salvaguardan miles de vidas.
Su solidez y evolución hasta la actualidad reflejan la visión, fortaleza y dedicación de este trabajo conjunto, enfatizó.
Ese gigante nos ha enseñado valiosas lecciones sobre la importancia del conocimiento científico, la colaboración interinstitucional y la participación de la sociedad en la gestión integral de riesgos, añadió Lomelí en el auditorio Tlayólotl “Dr. Ismael Herrera Revilla”, del Instituto de Geofísica (IGEF).
La historia de estas tres décadas muestra cómo, partiendo de las etapas iniciales, con solo dos estaciones sismológicas, “hemos madurado académica y técnicamente hasta construir un sistema de monitoreo robusto e innovador, que integra tecnologías avanzadas como cámaras infrarrojas, radares y estaciones GPS”, apuntó el rector.
Recordó que el Popocatépetl no es solo un fenómeno natural sujeto al análisis científico. Es también, dijo, un símbolo cultural y paisajístico profundamente arraigado en la identidad mexicana.
Durante el Simposio se explorarán temas que van desde la historia geológica del volcán y la evolución de las herramientas de monitoreo, hasta las aplicaciones concretas de la inteligencia artificial, como las tendencias más avanzadas en la vigilancia volcánica.
Cada mesa de análisis y conferencia ha sido diseñada para enriquecer nuestro entendimiento del volcán y fortalecer las estrategias de prevención y respuesta ante las posibles amenazas que representa su actividad. Es relevante la participación de expertas y expertos de prestigio nacional e internacional.
El rector subrayó el compromiso académico de esta institución y su vocación de servicio para garantizar la divulgación de información confiable y el bienestar de la sociedad mexicana.
En tanto, la coordinadora de la Investigación Científica, María Soledad Funes Argüello, resaltó: el conocimiento y la preparación son nuestras mejores herramientas para enfrentar los desafíos que plantea la naturaleza, y la UNAM continuará siendo un referente en la construcción de soluciones científicas al servicio de México.
Precisó que 30 años después, “Don Goyo” es un símbolo de la fuerza y la belleza de nuestro entorno, y un recordatorio de lo que podemos lograr cuando ciencia, academia e instituciones públicas trabajan juntas.
Rememoró que el 21 de diciembre de 1994 el volcán despertó luego de casi 70 años de aparente calma. Ese evento marcó un punto de inflexión en la historia reciente de nuestro país, y evidenció la necesidad de fortalecer capacidades científicas, organizativas y de gestión del riesgo.
En este contexto, mencionó, las reflexiones en este encuentro serán cruciales para evaluar las lecciones aprendidas, los logros alcanzados y los retos que aún enfrentamos en el estudio, monitoreo y manejo del riesgo asociado a este gigante de fuego.
También comentó que el Comité Científico Asesor del Volcán Popocatépetl opera bajo los principios de colaboración interdisciplinaria y toma de decisiones informadas, y se ha convertido en un ejemplo de gestión científica aplicada a la protección civil.
La UNAM, detalló Soledad Funes, ha mantenido su compromiso con este esfuerzo, apoyando la contratación de jóvenes académicos cuyas contribuciones han sido esenciales para mantener el trabajo del Comité a la vanguardia del conocimiento científico.
La vigilancia que mantiene el CENAPRED, con el apoyo de académicos de esta casa de estudios, hoy cuenta con una robusta red de monitoreo que incluye 12 estaciones sismológicas, sistemas GPS para medir deformaciones, cámaras infrarrojas, equipos de infrasonido y radares que permiten seguir de cerca las emisiones de cenizas y gases. Además, ha habido una colaboración presupuestal sostenida de la UNAM, el CONAHCYT y, recientemente, de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México.
Al hacer uso de la palabra, el director del IGEF, José Luis Macías Vázquez, remarcó que desde su reactivación el Popocatépetl se ha constituido en el volcán más estudiado del país. Se han publicado 718 artículos indizados por investigadores nacionales e internacionales, es decir, 24 artículos por año, dos por mes.
Al inicio, manifestó, no teníamos un mapa de peligros, ni información básica para construir un mapa de riesgos que indicara las zonas de mayor peligro, rutas de escape y albergues, y tampoco se tenía un semáforo de alerta volcánica.
En ese entonces se contaba con varios vulcanólogos en los institutos de Geología e Ingeniería y, la mayoría, en el IGEF; “pero no éramos más de 10 expertos”. A la par de que se realizó investigación básica para entender el pasado y actualidad del volcán, hubo aplicaciones inmediatas para ayudar a la gestión del riesgo por parte de las autoridades, y con un beneficio social muy importante, como fue la creación de los mencionados mapa y semáforo.
El Posgrado de Ciencias de la Tierra se volvió en un polo de atracción para estudiantes de Latinoamérica y Europa. Muchos jóvenes que se doctoraron años después actualmente son académicos consolidados de la Universidad. Incluso, algunos fueron parte del Comité Científico del volcán, puntualizó.
En la ceremonia inaugural del Simposio estuvieron Enrique Guevara Ortiz, director del CENAPRED; y Marie Noëlle Guilbaud, jefa del Departamento de Vulcanología del IGEF, entre otros.