Escuelas de Campo, elemento fundamental en la transición agroecológica
Agencia de Noticias RTV (Agricultura), 4 de enero de 2025
En el pasado, México realizaba una agricultura a base de la síntesis química, que derivó en problemas como contaminación, compactación y degradación de suelos; hoy en día somos el principal país en América Latina que utiliza prácticas agroecológicas
Actualmente existen alrededor de cuatro mil 500 Escuelas de Campo, comunidades de aprendizaje y de intercambio de conocimientos, que generan procesos de asociación y organización entre las productoras y los productores del campo, así lo explicó el Coordinador General de Innovación y Transición Agroecológica de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Héctor Robles Berlanga.
“Llegamos a la comunidad, convocamos a todos, a toda la comunidad, necesitamos la parcela de un productor donde vamos a hacer las prácticas…. ahí empezamos a hacerlas y los productores empiezan a ver y ahí capacitamos”.
Durante una entrevista para el videopodcast Voces del Mar y la Tierra, destacó la importancia de estos espacios de capacitación y asistencia técnica en la transición agroecológica que impulsa el gobierno de México.
Este proceso es fundamental, ya que en el pasado se realizaba una agricultura a base de la síntesis química, mediante el uso de fertilizantes, insecticidas y pesticidas químicos, que con el tiempo derivó en una serie de problemas como la contaminación, compactación y degradación de los suelos; así como el aumento de plagas y enfermedades.
Por lo que surgió la necesidad de hacer una agricultura distinta, agroecológica, que consiste en “disminuir el uso de pesticidas e insecticidas, como un primer elemento; segundo, ver al suelo como algo que tiene vida (…) y hacer actividades o prácticas agrícolas que permitan recuperarlo”, detalló en el cuarto episodio de la serie titulado Escuelas de Campo: La apuesta para un México más verde.
Dentro de estas acciones se encuentran la conservación o cero labranza en algunos casos, y en otros, el uso de lixiviados para enriquecer el suelo, así como el dejarlo encolchado para mantener la humedad, abundó.
Un tercer elemento, es la recuperación de la capacidad de producir material genético desde la parcela. “Porque se había vuelto un productor consumidor que compraba todo; compraba semilla, compraba el fertilizante, compraba los pesticidas, los insecticidas. Todo eso le fue encareciendo su costo de producción, los rendimientos se estancaron”, añadió Robles Berlanga.
Además, se descubrió que algunas malezas o plagas en realidad eran benéficas, y también se comenzaron a producir bioinsumos.
Otro elemento importante, no dice Héctor Robles, es que no solamente se tuviera una práctica o tres prácticas, lo que antes se denominaban paquetes tecnológicos, “sino que tuviéramos una gama de prácticas que le permitieran al productor beneficiarse. Es el conjunto de estas acciones que tomamos alrededor de la producción agrícola que le llamamos nosotros agroecología”.
Para llevar a cabo esta transición, explicó que es necesario convencer a las personas de las comunidades. “Porque tu llegas con el agricultor y le dices de la noche a la mañana: lo que usted está haciendo está mal. Tenemos que demostrarle que funciona, que eso es factible, que va a reducir sus costos de producción y que va a aumentar el rendimiento; pero que, además, va a comer alimentos sanos, que su suelo va estar mejor, que va a tener una diversidad de productos. El productor poco a poco se va convenciendo, va creyendo porque lo vive, lo ve”.
Esta estrategia de la Secretaría de Agricultura, agregó, “es un proceso de continuidad, que empezó en 2019 y la presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que lo va a fortalecer y lo está haciendo. Empezamos en el 2019 y dijimos: ¿qué tenemos que construir? Primero contar con un acompañamiento técnico. Empezamos a trabajar con un conjunto de centros de investigación y universidades, para que acompañen a lo que nosotros llamamos las Escuelas de Campo”.
De esta manera, se logró involucrar a las universidades, los productores y los técnicos, generando un círculo virtuoso con los mismos recursos. Así, en 2019 se comenzó a trabajar con 15 mil o 20 mil productoras y productores y, actualmente, ya están dentro de esta dinámica participando activamente entre 180 mil y 200 mil derechohabientes.
“Entonces, se empiezan a juntar, se empiezan a asociar y empiezan a hacer. Entonces ahora ya tienen su mercado, ya tienen su centro de bioinsumos, estamos produciendo ya 30 millones de litros de lixiviados, cuando en el 2019 no producíamos un solo litro”.
Héctor Robles Berlanga destacó que México se convirtió en el principal país de América Latina en donde hay recursos para promover la agroecología, “somos el principal país que está haciendo prácticas agroecológicas de América Latina”.
A estas acciones se suma el programa Cosechando Soberanía, que busca reunir el conjunto de servicios con los que cuenta la Secretaría y las entidades sectorizadas con ella, para ofrecer a las personas productoras acompañamiento en materia de sanidades, semilla de calidad, financiamiento accesible, entre otros, con el objetivo de contribuir al fortalecimiento del sector y depender menos del exterior, produciendo alimentos sanos, de calidad y a buen precio.
“En la medida que hagamos estas actividades vamos a lograr revertir esta pérdida de soberanía alimentaria en muchos de los productos y recuperar las capacidades que en algún momento tuvo México”.
El cuarto episodio del videopodcast Voces del Mar y la Tierra, titulado Escuelas de Campo: La apuesta para un México más verde, se encuentra disponible en la plataforma de YouTube en https://bit.ly/4fHViRr, y también puede verse y escucharse en el servicio de Spotify en https://spoti.fi/49JwgQg.