El escabroso mundo de los cigarrillos electrónicos
Notimex, 25 de septiembre de 2019
Moscú.- La aparición de nuevas enfermedades pulmonares en EUA encendió la alarma sobre los peligros reales detrás de los vaporizadores, cada vez más consumidos en América Latina. Mientras México organiza una mega convención de ‘vapeadores’, los consumidores siguen eludiendo las restricciones para su comercialización.
Los vaporizadores o cigarrillos electrónicos volvieron en los últimos días al centro de la polémica, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la posibilidad de prohibir la comercialización de cartuchos saborizados. La declaración se dio ante la muerte de siete personas y la acumulación de pacientes con enfermedades pulmonares derivadas de estos dispositivos.
En efecto, la preocupación de las autoridades parece centrarse especialmente en los vaporizadores que utilizan cartuchos con tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo del cannabis.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EUA, las siete víctimas se registraron en los estados de California, Illinois, Indiana, Kansas, Minnesota y Oregon. Además, hay 36 estados que registran, en total, más de 400 pacientes con enfermedades pulmonares asociadas al uso del cigarrillo electrónico.
Mientras las autoridades evalúan nuevas restricciones, como la que ya tomó el estado de Nueva York al prohibir la venta de vaporizadores saborizados, la ciencia intenta establecer la verdadera relación entre las enfermedades y los aceites utilizados por los dispositivos.
Un estudio publicado en la revista científica New England Journal of Medicine detectó que en un grupo de 53 pacientes, el 84 por ciento dijo haber utilizado dispositivos con THC. Si bien entre los pacientes fueron relevadas 14 marcas diferentes de productos con THC y 13 con nicotina, el estudio destaca que más de la mitad de los usuarios utilizaron productos de una marca conocida como ‘Dank Vape’.
Precisamente, ‘Dank Vape’ es una de las marcas mencionadas como relacionadas a las enfermedades pulmonares por el Departamento de Salud del Gobierno de Nueva York, junto con ‘Chronic Carts’, debido a la presencia de altos niveles de acetato de vitamina E.
Según el departamento de Salud neoyorkino, se sabe que la vitamina E no es dañina cuando se la utiliza como suplemento alimenticio o es aplicada en la piel, pero no están claros sus efectos cuando es inhalada, como sucede con los vaporizadores. Para las autoridades, las «propiedades oleosas» de la vitamina E podrían estar asociadas a las enfermedades pulmonares.
Pero los cuestionamientos a los cigarrillos electrónicos también tienen su contraparte entre los usuarios y empresas que se dedican a una industria que, más allá de la polémica, continúa creciendo en el mundo. Un ejemplo de ello es la ‘Vape Trade Convention’, un encuentro latinoamericano de usuarios de vaporizadores que se realiza en la Ciudad de México y que tendrá en noviembre su tercera edición.
Rafael Flores Vega, responsable de marketing de VTC, dijo a Sputnik que en muchos de los casos de intoxicaciones con vaporizadores la responsabilidad es del usuario. «No podemos controlar que algún usuario utilice un cartucho de vaporizador con sustancias que son ilegales en ese país», apuntó.
De hecho, la propia empresa ‘Dank Vapes’ dedica varias publicaciones en su web y redes a aconsejar a sus usuarios cómo detectar ‘cartuchos falsos’, que no contarían con las garantías en su elaboración.
Los que siguen confiando en los vaporizadores
Al tiempo que las autoridades sanitarias de los países se esfuerzan en actualizar las regulaciones, los usuarios de los cigarrillos electrónicos parecen no dejar de crecer. Según un relevamiento de Euromonitor, la cantidad de usuarios de vaporizadores en todo el mundo pasó de siete millones en 2011 a 35 millones en 2016 y podría alcanzar los 55 millones de usuarios en 2021.
De todos modos, las regulaciones han tenido efecto, dado que el ritmo de crecimiento en el uso de estos dispositivos se enlenteció. Mientras la cantidad de usuarios aumentó 818 por ciento entre 2011 y 2016, el crecimiento esperado entre 2016 y 2021 sería de 176 por ciento.
América Latina no escapa a la tendencia y la VTC bien puede considerarse una muestra de ello. Según sus organizadores, la edición de 2018 (la segunda en realizarse) atrajo a unas 8.000 personas en sus tres días de duración. En 2019 aseguran que convocarán a 12.000.
El evento, que se promociona como la convención de vapeo más grande de Latinoamérica, reunirá a 500 empresas dedicadas a la venta de vaporizadores. Flores Vega apuntó que expondrán marcas mexicanas, estadunidenses, chinas e incluso colombianas, entre otros países.
Para Flores Vega, brindar información a los consumidores nuevos o ya experimentados de cigarrillos electrónicos es fundamental «para que el cliente no tenga un accidente en el futuro».
«Obviamente tienes que seguir las precauciones en el uso de un vaporizador y tener una guía muy importante. Sabemos que si tienes un exceso de nicotina te puedes intoxicar», advirtió.
En esa línea, las redes sociales de VTC dedican varias publicaciones a informar a sus seguidores sobre algunas sustancias contenidas en los vaporizadores como la glicerina vegetal y el propilenglicol, dos sustancias aceitosas que se utilizan para lograr un mejor ‘golpe de garganta’, como se denomina al fenómeno que da al usuario la sensación de fumar.
Las publicaciones también dan consejos para resolver algunos problemas comunes, como la ‘lengua de vapeador’, un fenómeno que provoca que el usuario deje de sentir el sabor de los vaporizadores durante varios días.
Flores Vega defendió la utilidad de los vaporizadores como una alternativa para las personas que quieren dejar de fumar cigarrillos tradicionales. «Tenemos que hacer entender a la gente que no consumimos sino que queremos dejar de fumar y esto nos puede ayudar», sostuvo, asegurando que los vaporizadores son más efectivos que los parches o chicles con nicotina.
Para el representante de VTC, esto es una de las claves del crecimiento en el uso de los cigarrillos electrónicos. «Hay mucha gente que está acercándose porque están hartos de oler feo, de tener problemas por el cigarro y quieren empezar a usar vaporizadores», apuntó.
¿Qué dice la OMS?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene otra mirada al respecto. En el informe presentado en 2019, la organización señala que los ‘sistemas electrónicos de administración de nicotina’ (SEAN) son «un grave problema de salud pública» debido a que «los aerosoles que liberan los SEAN contienen sustancias tóxicas que pueden aumentar el riesgo de sufrir cáncer y enfermedades cardiovasculares o pulmonares de cualquiera de sus usuarios».
El mismo organismo reconoce que los vaporizadores podrían ser menos perjudiciales que los cigarrillos tradicionales, consignando que existe «un intenso debate en torno a la posibilidad de que los SEAN sirvan para dejar de fumar o si, de hecho, son un primer escalón al tabaquismo». De todos modos, apunta en su informe que «todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones».
El informe también recuerda la decisión de la Conferencia de las Partes de 2016 (COP7) en la que la OMS invitó a los países a «prohibir o restringir la fabricación, la importación, la distribución, la oferta, la venta y el uso» de los vaporizadores, con el objetivo de impedir que sean utilizados por no fumadores, así como «prohibir los mensajes sobre supuestas virtudes sanitarias infundadas» de los dispositivos.
¿Quiénes lo prohíben en América Latina?
A pesar de que albergará a la mayor convención sobre vaporizadores de América Latina, México es uno de los países que tiene restricciones legales a su comercialización. De todos modos, existe un vacío legal, ya que la prohibición surge del artículo 16 de la Ley General para el Control del Tabaco, que restringe la venta de artículos que se asemejen a productos de tabaco pero no menciona específicamente a los cigarrillos electrónicos.
Venezuela, Argentina, Brasil y Uruguay también tienen prohibida la comercialización de cigarrillos electrónicos, entendiendo que no está comprobado que su uso sea inofensivo a la salud. Sin embargo, en esos países los dispositivos se venden igualmente a través de Internet, aprovechando los vacíos legales del comercio online.
La posibilidad de acceder a los dispositivos evadiendo los posicionamientos de los gobiernos permite, por ejemplo, que en Argentina el 7,1 por ciento de los adolescentes de entre 13 y 15 años consuman cigarrillos electrónicos, según la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes difundida por la prensa local. El mismo estudio revela que un 14,4 por ciento alguna vez los probó.
En México, aunque de menor magnitud, también hay un consumo importante entre adolescentes: 6,5 por ciento de los que tienen entre 12 y 17 años ha probado alguna vez y el 1,1 por ciento lo hace regularmente, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017.
Las restricciones también avanzan en Colombia, donde el Senado aprobó recientemente un proyecto de ley para prohibir la venta a menores de edad y restringir la publicidad y las vías de comercialización. Una regulación que intenta atender el alto consumo en el país que lidera las estadísticas de ventas de cigarrillos electrónicos, totalizando ingresos por 8,6 millones de dólares en 2018, según Euromonitor.
Le sigue Chile, con 400.000 dólares en ventas, donde aún no hay restricciones legales y recién en 2019 el Ministerio de Salud chileno se planteó regularlo.