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Doña Nati, la mujer más longeva de Veracruz; tiene 128 años

, 28 de agosto de 2013

Tezonapa, Ver., 28 de agosto de 2013.- Su rostro ha cambiado con el pasar de los años, pero sigue luciendo una gran sonrisa. Sus pasos son lentos, sus piernas y manos han vivido en carne propia el esfuerzo de cortar café en el campo durante muchos años.

Corría el año de 1884 cuando de nueva cuenta don Porfirio Díaz llegó a la Presidencia de la República, se inauguró el Ferrocarril Central Mexicano con servicio de operación entre la ciudad de México y Ciudad Juárez, Chihuahua. El 8 de septiembre de ese año nació doña Nati.

Considerada la mujer más longeva de Veracruz, doña Nati nació en el municipio de Cuitláhuac, pero desde hace muchos años reside en la comunidad de Pocitos, perteneciente a Tezonapa. Durante sus 128 años de vida ha visto pasar revoluciones, guerras mundiales, crisis económicas, juegos olímpicos y la trasformación de nuestro país.

No se queja de nada, aunque vive con los achaques que conlleva su avanzada edad, principalmente por la presión arterial. Platicar con ella es aprender, es entablar un diálogo con la historia… Con un lenguaje fluido y coherente narra la Revolución Mexicana, un pasaje que le quedó tatuado de por vida.

Mujer de entereza y valentía, crió a sus hijos prácticamente sola tras el abandono de su esposo.
Su frente sabe lo que es sudar en serio al trabajar en el campo para llevar el sustento a su hogar. Doña Nati sufrió un accidente al caer a las vías del ferrocarril y desde entonces su actividad se concretó a atender su casa.

Tuvo 12 hijos, tres varones y nueve mujeres, de los que sólo viven tres, cuyas edades rebasan los 80 años. Actualmente tiene más de 50 nietos, bisnietos y uno que otro tataranieto.

Aunque su vida ha sido marcada por las carencias el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia en Veracruz (DIF) la apoyó en serio para que cuente con una buena calidad de vida.

En lo más alto un Cristo cobija con su mirada la comunidad de Pocitos, ahí donde ser anciano es algo común, pues la mayoría de los abuelitos llegan a cumplir su centenario de vida, y donde se respira olor a campo y tierra. Ahí vive doña Nati, la mujer que le sonríe a la vida con sus orgullosos 128 años.