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Día Internacional de la Diversidad Biológica 2021

Día Internacional de la Diversidad Biológica 2021

Agencia de Noticias RTV (Semarnat), 22 de mayo de 2021

México.- Ha transcurrido una década desde la adopción del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y las Metas de Aichi por parte de 193 naciones firmantes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) para que todos los países e interesados salvaguardaran la multiplicidad biológica y los beneficios que proporciona a las personas.

Sin embargo, los resultados no son halagüeños. El secretariado del CDB registra “tendencias negativas actuales en la biodiversidad y los ecosistemas que minarán el progreso del 80% de los desafíos contemplados en 8 Objetivos de Desarrollo Sostenible ante evidencias de que la actividad humana ha alterado tres cuartas partes del medio ambiente terrestre y alrededor del 66% del medio marino, y un millón de especies de animales y plantas están en peligro de extinción”.

Ese panorama es resultado de incumplimientos en los tres objetivos principales del CDB, que es un tratado internacional jurídicamente vinculante: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos.

La biodiversidad incluye una amplia variedad de flora, fauna y microorganismos con diferencias genéticas en cada una de las especies, además de multiplicidad de cultivos y razas de ganado. Una complejidad de ecosistemas que abarca humedales, costas, mares y océanos, bosques, selvas, montañas y campos agrícolas donde humanos, plantas y animales interactúan entre sí con el agua, el aire y el suelo.

Es evidente que la pérdida de las especies de flora y fauna impacta a los conglomerados humanos porque los recursos biológicos sustentan las civilizaciones: los peces aportan el 20% de las proteínas animales a unos 3000 millones de personas. Más del 80% de la dieta humana está compuesta por las plantas, y aproximadamente el 80% de los habitantes de las zonas rurales de los países en desarrollo dependen de la medicina tradicional basada en plantas para la atención básica de la salud.

Esto evidencia que la pérdida de las especies de flora y fauna impacta a la población humana que crece inexorablemente y demanda cada vez más recursos que necesariamente provienen de la naturaleza. No obstante, también es claro que la mayoría de los individuos y de las sociedades no asume aún su grado de responsabilidad ante ese estado de situaciones.

La experiencia vivida en todo el planeta desde finales de 2019 con la pandemia por el COVID 19 nos deja una lección: la pérdida de la diversidad biológica amenaza gravemente nuestra salud, porque a mayor pérdida de biodiversidad podrían aumentar los casos de zoonosis, como se llama a las enfermedades transmitidas de los animales a los humanos. Por el contrario, mantenerla estable nos daría una gran herramienta en la lucha contra pandemias como la que ahora nos agobia.

La impronta de la cruda experiencia del SARS – CoV-2 debería de ser una clara conciencia ecológica, asumir que la diversidad biológica es un bien común en el mundo de incalculable valor para las generaciones presentes y futuras, y que debe detenerse la acelerada pérdida de especies.

Por tal motivo, en 2020 la Organización de las Naciones Unidas lanzó la campaña “Nuestras soluciones están en la naturaleza”, para recordar que la biodiversidad sigue siendo respuesta a varios desafíos del desarrollo sostenible, y este año impulsa el lema: “Soy parte de la solución” porque, en efecto, todos somos parte de la solución.

En octubre próximo las naciones adheridas al CDV celebrarán la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15) para analizar los logros y el cumplimiento del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020.

Se prevé que adopten un documento que recoge la inquietud por garantizar que las acciones de conservación de la biodiversidad contribuyan a la nutrición, la seguridad alimentaria y los medios de vida de las personas, especialmente de las más vulnerables: el Marco Mundial de la Diversidad Biológica posterior a 2020.

Grandes son las expectativas por una biodiversidad saludable. Se abre este año la Década de la Ciencia de los Océanos para el Desarrollo Sostenible 2021-2030, proclamado el 5 de diciembre de 2017 por la ONU, con el propósito de establecer un marco común, capaz de garantizar que la ciencia apoye plenamente los esfuerzos de los países por alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, porque para construir un mundo más deseable necesitamos comprender y respetar mejor el océano, que contiene el 97% de agua en la tierra y cubre el 71% de la superficie del planeta.

Asimismo, se inaugura la Década de la ONU para la Restauración de los Ecosistemas, que tiene por objeto incrementar a gran escala la restauración de los ecosistemas degradados y destruidos, como medida de probada eficacia para luchar contra el cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la biodiversidad.

El clima benigno, la salud, la seguridad alimentaria, el abasto de agua, la recreación, incluso la contemplación que da paz espiritual, se encuentran en la naturaleza, y con sus recursos, la biodiversidad, podemos reconstruir un mundo devastado. Es deber entonces, de todo habitante del planeta, defender esa biodiversidad desde la adopción de hábitos de consumo sostenibles, la conservación de los ecosistemas y el respeto a las especies de flora y fauna.