Chipre enfrenta un doble abismo: retiros masivos y salida de la Eurozona
RFI, 20 de marzo de 2013
Chipre está buscando este 20 de marzo alternativas para obtener una vital financiación internacional, tras el rotundo rechazo parlamentario la víspera de un plan de rescate europeo que imponía condiciones consideradas inaceptables por la población. Las discusiones se llevan a cabo en medio de temores de un movimiento de retiro masivo de fondos cuando los bancos, cerrados desde el fin de semana, vuelvan a abrir mañana jueves, y de una salida forzada de la Eurozona.
Entre las pistas que han sido evocadas para obtener dinero fresco están un “plan B” con la Unión Europea (UE); una extensión de un préstamo de Rusia, que tiene importantes intereses en la isla; una ayuda de la poderosa Iglesia ortodoxa así como recurrir a la explotación de los colosales yacimientos gasíferos descubiertos en los últimos años.
La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, trató de apaciguar los ánimo este miércoles después de las declaraciones iniciales de responsables alemanes que atribuían la crisis al «sobredimensionado» del sector bancario de Chipre, un país que a menudo tiene que defenderse de la sospecha de ser un paraíso fiscal. Merkel subrayó: “Chipre es nuestro socio en la zona euro, por ello es nuestro deber hallar juntos una solución”.
El plan preveía, a cambio de un rescate de 10.000 millones de euros de la zona euro y del FMI, un impuesto de 6,75% sobre los depósitos bancarios de 20.000 a 100.000 euros y de 9,9% por encima de ese umbral, para recaudar de ese modo 5.800 millones de euros suplementarios. Para calmar la animosidad de la población, antes de la votación se decidió exonerar del gravamen a los depósitos inferiores a 20.000 euros. Pero así y todo, el plan fue rechazado por 36 votos en contra, 18 abstenciones y ninguno a favor.
El resultado fue recibido con una explosión de júbilo entre los miles de manifestantes reunidos frente al Parlamento, que gritaban: “Chipre pertenece a su pueblo”. En una reunión matinal entre el presidente chipriota, Nicos Anastasiadis, con los líderes de los partidos, se constituyó un grupo de expertos que se apersonó de inmediato en el Banco Central por estudiar un “Plan B”.
La Comisión Europea indicó que el objetivo era garantizar que Chipre tenga un perfil de deuda “sostenible”. Una fuente europea dijo previamente que la zona euro podría reunirse esta misma semana, pero “únicamente en caso de que Nicosia haga propuestas concretas” para superar la crisis. El ministro chipriota de Finanzas, Michalis Sarris, se encontraba por su lado en Rusia para negociar una extensión del crédito de 2.500 millones de euros acordado por Moscú a Nicosia en 2011.
El gobierno ruso criticó el plan europeo, que hubiera afectado a las fortunas rusas depositadas en los bancos chipriotas. Según la televisión estatal, también se estudia la posibilidad de nacionalizar los fondos de pensiones de las instituciones estatales y semi-estatales (que podría aportar unos 3.000 millones de euros) y de reestructurar el sector bancario mediante la fusión de los dos principales bancos del país, a fin de reducir el monto de la capitalización requerida.
Otra pista mencionada es la de una ayuda de la poderosa Iglesia ortodoxa de Chipre. Su jefe, el arzobispo Crisóstomo II, dijo tras una reunión con Anastasiadis que la Iglesia estaba dispuesta a poner su enorme patrimonio inmobiliario así como sus haberes al servicio del Estado.
Nicosia también podría jugar la carta energética, con la perspectiva de los ingresos que dentro de unos diez años deberían aportarle la explotación de las reservas de hidrocarburos detectadas frente a las costas meridionales de la isla. Según el diario Vedomosti, el banco ruso Gazprombank (con participación de 41% del gigante público ruso gasífero Gazprom), le propuso a Chipre una ayuda financiera a cambio de licencias de explotación de gas natural.