Avalancha de manotazos en la Cámara de Diputados
, 13 de septiembre de 2013
La imagen de Enrique Aubry, diputado del Partido Verde, retando a golpes a los panistas Germán Pacheco Díaz y Leonor Sevilla habla de la jornada caliente vivida en San Lázaro. Vino enseguida una avalancha de acusaciones y ofensas, incluida la solicitud de antidoping para el acelerado legislador.
Lo que era una anécdota más de políticos rijosos catalizó los crispados ánimos de esta Legislatura que desde hace tres semanas sesiona bajo resguardo policiaco.
Primero fueron los reclamos partidistas.
El crimen organizado crece, la liberación de capos de la droga, como Caro Quintero y La Reina del Pacífico, es la muestra de que el PRI ya está en el poder”, cuestionó en tribuna Consuelo Argüelles Loya, al presentar la valoración del PAN sobre la política interna, en la denominada glosa del primer Informe de Gobierno.
El PRI devolvió las críticas en voz de Alejandro Moreno Cárdenas:
Le digo a nuestros compañeros de Acción Nacional: ¿creen que el pueblo ya olvidó los 70 mil muertos de esta guerra fallida, a sangre y fuego, y que marcó las generaciones de México? No nos echen la culpa de su ineficiencia y de su falta de resultados. ¡Por eso el pueblo de México les dio la espalda y perdieron la Presidencia”.
El panista Gerardo Peña Ávila saltó de su lugar para reclamar al orador el tono de los señalamientos.
Aubry corrió hasta el ala blanquiazul para respaldar al priista. Pero fue frenado por Pacheco Díaz. Y vino el jaloneo.
Max Cortázar, diputado panista y ex vocero de Los Pinos, trató de contener al legislador del Verde, quien ya para entonces le gritaba a Leonor Sevilla. Gracias a la intervención de varios legisladores, la cosa no pasó de empujones y manotazos.
A regañadientes y custodiado por integrantes de las bancadas del PRI y del Verde, el diputado de Jalisco y volvió a su curul. Y empezó la guerra de reclamos, ahora personales.
Ricardo Mejía Berdeja, de Movimiento Ciudadano (MC), pidió a Ricardo Anaya, presidente de la Mesa Directiva, detener el espectáculo de quienes, dijo, “parecen un mal matrimonio: se pelean, se gritan y en las noches votan todo juntos. ¡Es una mentira ese pleito!”
A través de Leslie Pantoja, el PAN cargó baterías contra Aubry:
Solicito que puedan realizar un examen toxicológico, un antidoping, porque no es la primera vez que este señor viene a provocar a la bancada del PAN porque no tolera la crítica hacia el gobierno de Enrique Peña Nieto”. Sus correligionarios hablaron de un incidente similar cuando sesionaron en el Centro Banamex.
Sugirió la panista que si no estaba hecho para el debate llamaran al suplente.
Está la Policía Federal desde hace muchos días resguardándonos de la inseguridad de otra gente, y resulta que la tenemos aquí adentro”, se quejó.
Mejía Berdeja pasó de la crítica al apoyo y pidió sonido en su curul: “Para solidarizarnos al planteamiento que hizo la diputada Leslie Pantoja”. Además del antidoping, propuso que la Mesa Directiva le hiciera un extrañamiento a Aubry.
El jefe de los diputados del Verde, Arturo Escobar, andaba fuera del recinto cuando ocurrió la gresca. Tenso, volvió para intentar una reparación de daños. Con ese fin, Ruth Zavaleta pidió quitar del Diario de los Debates la idea del examen toxicológico.
Leslie Pantoja se negó y exigió una disculpa pública:
No vamos a editar ni vamos a evadir la realidad”.
El diputado Escobar salió al quite.
De mi grupo parlamentario nunca más habrá una expresión que pudiera ponderarse como una expresión de violencia física”. Enseguida arremetió contra la diputación del MC. “Si alguien ha incitado a grupos externos a este Congreso a que lo tomen, Ricardo (Monreal), has sido tú.”
Mejía Berdeja devovió el golpe:
El diputado Arturo Escobar es un lacayo del PRI”.
Las indirectas siguieron. La diputada Fabiola Valencia, del MC, lanzó unas hacia Ruth Zavaleta, a quien dijo haber admirado como política de izquierda. “Qué triste es verte entregada al sistema”.
La perredista Malú Mícher propuso que la Mesa Directiva debía tomar cartas en el asunto. “No podemos permitir que tengamos la mecha cortita”, alegó. El llamado fue infructuoso porque con una nueva disculpa de Escobar vino la acusación:
El PRI te dio de comer, Ricardo (Mejía), te formó, te dio trabajo y hoy eres un hombre tan mal agradecido”.
El vicecoordinador de MC se justificó:
Estuve en el PRI, pero lo dejé, renuncié y soy opositor abierto, no soy satélite ni rémora del PRI, como el diputado Escobar”.
Éste respondió: “Usted no es una oposición, usted es un palero de López Obrador”.
Esther Quintana convocó al sosiego y a evitar que “este hecho tan vergonzoso” vuelva a repetirse, bajo la advertencia de que la nota ya no sería la glosa del Informe sino el escándalo. Y no se equivocó.