Artesano oaxaqueño se gana la vida en Paseo de la Fama de Hollywood
Notimex, 4 de febrero de 2019
Los Ángeles.- Sobre el Paseo de la Fama de Hollywood, uno de los lugares más emblemáticos de todo Estados Unidos, ahí en un par de rejas sobre el piso se exhiben coloridas pulseras de hilo que llevan el nombre de alguna persona y con ello, se abre paso un artista oaxaqueño, que llegó a ese país hace seis años.
Sin mencionar su nombre, cuidadoso de decir información que lo comprometa sobre su estancia en la Unión Americana, aseguró que su lugar al lado de las estrellas de Hollywood fue posible porque “dan permisos de ponerte cuando se trata de artesanías”.
A diferencia de México, donde esas pulseras tienen un costo de entre 10 y 20 pesos, en ese lugar de alto flujo de turistas, a unos cuantos metros del famoso Teatro Chino, tienen un precio de siete dólares (alrededor de 140 pesos), además, de que entre la lista se encuentran nombres como Morgan, Nathalie, Melanie o Rachel.
Las personas puedes elegir su nombre entre las pulseras que están exhibidas, pero en caso de no encontrarlo, el oaxaqueño, originario de la Sierra Juárez, comienza a mover sus manos para tejer el pedido, en el que invierte entre 10 y 15 minutos.
“Sí se vende bien, algunas las hago yo, otras me las mandan y si quieren su nombre pues se las hago”, dijo luego de destacar que llegó a este país hace seis años y desde hace tres se encuentra en este lugar en donde sobre una mesa también exhibe pulseras con algún colguije, pulseras de hilo rojo para la protección, atrapa sueños e incluso hay pulseras de chaquira, muy características del arte huichol.
Al lado de este oaxaqueño se colocan cantantes cubanos o puertorriqueños, otros artistas plásticos entre los que destaca uno de origen oriental que en un tiempo muy corto plasma, con modelado, la cara de quien se lo solicite en una especie de barro blanco a mano alzada.
El joven de unos 35 años, vestido con una playera gris y una gorra que lo cubre del sol, recuerda que nació en la Sierra Juárez, pero creció en Puerto Escondido y no puede evitar emocionarse cuando habla de la costa oaxaqueña, “uy, ahí está lo bueno”, concluyó.