Al rescate científico de metales valiosos en basura electrónica
Juan Ramón Aguilar. Notimex, 30 de septiembre de 2018
México.- Científicos mexicanos desarrollan técnicas y procesos amigables con el ambiente y de menor costo económico, para rescatar metales de interés comercial en desechos electrónicos, los cuales van en aumento al intensificar el uso de equipos como celulares, televisiones y computadoras.
Se estima que 40 por ciento de la composición de esos desechos son metales de interés comercial como cobre, estaño, plata, platino y paladio. Este rescate tiene doble importancia, ya que también contienen otros materiales tóxicos como el plomo que pueden contaminar el subsuelo y los mantos freáticos al filtrarse.
En México, la recuperación de metales no es una práctica común y, de hecho, lo que se hace es separarlos y la recuperación se hace es en el extranjero, debido a los altos costos.
En el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (Cideteq), un grupo de científicos desarrollan un proceso electroquímico, que sea menos costoso y menos contaminante que los existentes para la recuperación de los metales.
René Antaño López, de ese centro, explicó que el contenido de metales que se encuentra en un aparato electrónico y de comunicación es elevado, por lo que es conveniente invertir en su recuperación, especialmente porque algunos de los que se utilizan no son comunes en la naturaleza y otros son tóxicos.
En entrevista con Notimex, destacó que los métodos actuales de recuperación de metales son costosos, aunque con ellos es posible recuperar hasta más del 90 por ciento de los metales que se encuentran en los desechos.
Actualmente, los métodos más utilizados para separar los metales en los desechos son la calcinación a alta temperatura y la disolución con ácidos concentrados, seguidos de procesos para obtenerlos con la mayor limpieza posible.
Sin embargo, el especialista precisó que esos métodos tienen la desventaja de ser relativamente costosos y contaminantes, ya que, por ejemplo, en el proceso de disolución tiene riesgos por el manejo de ácidos concentrados, además de que para facilitar la extracción se han utilizado algunas veces compuestos tóxicos como el cianuro.
Por ello, enfatizó que en el Cideteq realizan la optimización de los métodos que se utilizan actualmente sobre todo aquellos que se llaman hidrometalúrgicos, que permiten realizar la extracción con menor energía, además de otros de carácter electroquímico que se basan en la electroquímica y que serían menos contaminantes y con menor costo.
El proceso electroquímico que desarrollan los científicos tiene la ventaja de que se realiza en condiciones relativamente suaves, con concentraciones menores de ácidos y con menor cantidad de emisiones contaminantes. Una primera etapa consiste en la disolución de los metales con ácido, pero en menor concentración que los comúnmente usados, ayudado por una oxidación de los metales con electricidad.
Otra es una separación de los metales disueltos mediante la formación de depósitos metálicos (reducción de metales), también realizados mediante la aplicación de electricidad.
“En ambas etapas se recurre a la electricidad para facilitar las transformaciones químicas, primero para disolver los metales y poder separarlos de los componentes no metálicos, y después para separar cada uno de los metales, obteniéndolos en forma sólida y con relativa pureza”, detalló el académico.
René Antaño confió en que en el país se establezcan procedimientos para la recuperación de los desechos electrónicos, sobre todo porque, argumentó, la cantidad de ellos va en aumento debido a que los usuarios cambian de tecnología al considerarla obsoleta, que no necesariamente es inservible.
Comentó que lo que más se deshecha son celulares, computadoras en general, tanto de escritorio como portátiles, y televisiones.
“En la economía actual no podemos evitar que haya compra y desecho de aparatos electrónicos aunque estos estén funcionando todavía, pero lo que sí podemos es hacer conciencia sobre qué tanto la generación de estos desechos nos está afectando de manera global”, puntualizó.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el país, en 2006, se produjeron entre 150 y 180 mil toneladas por año de desechos electrónicos con crecimiento anual del cuatro por ciento.