Desde su infancia, Anastacio desarrolló la habilidad de acomodar huesos
Tonantzin Zapata, 15 de enero de 2024
Desde su infancia, don Anastasio Hernández desarrolló el don de acomodar los huesos de las demás personas.
Originario de Guillermo Prieto, ejido que forma parte del área rural de Coatzacoalcos, llega todos los días al camellón que se ubica en el Mercado Coatza para atender a quienes ya lo esperan porque los ha atendido antes, aquellos que llegan por recomendación o bien algunos que lo han visto trabajar y buscan ser atendidos.
“Todos los días, voy a cumplir 10 años aquí, a las 8, a las 7 estoy aquí, cuando esta bueno el tiempo me voy a las 3, cuando esta chispeando me voy a la 1; ya me conocen como trabajo, aquí no te jalo”.
Por ejemplo, Valeria se lesionó en su trabajo al pisar mal en un escalón y caer, sin embargo, después de que don Anastasio la atendió hasta pudo irse caminando por cuenta propia.
“Estaba trabajando ayer, iba bajando unas escaleras, no pise bien y no pude agarrarme, de hecho traigo un moretón aquí, de lo mismo que no pude agarrarme, sentí donde se dobló y tronó. Había ido con un huesero que tiene la costumbre de jalar y agarrarte para que truene, y el señor no, solito hizo que tronara mi pie sin lastimarme”.
Él es reconocido por su técnica que resulta más agradable para tratar las lesiones y sobre todo regresar tendones y huesos a sus posiciones normales para con ello aliviar el dolor y sanar.