Reintroducen la guacamaya roja a la selva de Los Tuxtlas
, 16 de mayo de 2014
Catemaco, Ver., 16 de mayo de 204.- La región de Los Tuxtlas, ubicada en el centro-sur del Estado de Veracruz, es considerada la selva tropical más septentrional de América. Por su alta complejidad geológica, ecológica y de actividad humana es de gran importancia para la conservación y se extiende en una superficie aproximada de 155 mil hectáreas.
Aquí, después de cabalgar casi dos horas, se llega a la comunidad El Bastonal, en el municipio de Catemaco, específicamente a “La otra opción”, una reserva ecológica privada y criadero de especies amenazadas, localizada en la zona de amortiguamiento de la reserva de la biosfera de Los Tuxtlas.
En este maravilloso sitio existe un ave que hace poco más de 70 años dejó de escucharse y de volar en la selva de Los Tuxtlas: la guacamaya roja. La cacería y el comercio ilegal acabaron por exterminar la especie.
Investigadores del Instituto de Biología de la Universidad Autónoma de México se dieron a la tarea de iniciar un proyecto para la reintroducción de esta ave multicolor a la región.
Fue así que 29 guacamayas rojas salieron de uno de los aviarios del Parque Ecológico Xcaret, en Quintana Roo. Con la ayuda de grupos ecológicos miembros de la Red de Monitoreo de Aves de Los Tuxtlas, personal de la reserva ecológica y la propia comunidad se dio el primer paso para regresar a esta ave a su hábitat natural.
A los voluntarios nos les importó realizar un recorrido a pie con los ejemplares resguardados en cajas de madera. Kilómetros de cuesta y lodo no fueron impedimento para reincorporar a esta ave e inundar la selva con su singular sonido que tenía siete décadas sin ser escuchado.
En el aviario de la reserva ecológica “La otra opción” las guacamayas rojas se encuentran bajo cuidado especial. Se les monitorea todos los días y se trabaja en el proceso de rehabilitación para ser liberadas, utilizando técnicas de aversión hacia los humanos y posibles depredadores naturales.
Antes de que el sol deje de brillar en pleno atardecer los investigadores deben buscar los frutos silvestres para alimentar a las guacamayas. Esto es parte del proceso gradual para cambiar la dieta actual en cautiverio a una compuesta por frutos y semillas para que puedan sobrevivir en un ambiente natural.
Algunas guacamayas llevarán radiocollares para usar la técnica de telemetría y todas llevarán incrustado un microchip debajo de su piel, además de un anillo cerrado con un marcaje individual al momento de ser liberadas, para seguir con el proceso de monitoreo continuo.
Se trata de un esfuerzo importante por recobrar la biodiversidad perdida de la biosfera de Los Tuxtlas y al sensibilizar a las comunidades en su cuidado y protección se brinda una nueva oportunidad para admirar el vuelo y escuchar el singular canto de un ave que nunca debió irse, como la guacamaya roja.
Por ser una de las zonas más lluviosas del país da lugar a una compleja red hidrológica. Recorrer a caballo la reserva de la biosfera Los Tuxtlas, decretada así en 1998, es adentrarse al corazón de la propia naturaleza.
En este sitio pueden contarse hasta 15 tipos diferentes de vegetación: selvas húmedas y secas, manglares y bosque mesófilo de montaña.
Es el paraíso perfecto para dos mil 697 especies de flora, 566 de aves, 193 de mamíferos, 120 de reptiles y 46 de anfibios y es el hogar de 26 especies endémicas.
Esta reserva inició como un proyecto ecológico hace seis años con la finalidad de preservar la vida silvestre del lugar y restaurar su hábitat. Es una unidad de conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre, cuya finalidad es la reproducción para la reintroducción de especies prioritarias que se encuentran extirpadas de Los Tuxtlas.