Este 22 de marzo, Día Mundial del Agua
, 21 de marzo de 2014
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), instituyó el 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua para promover entre los países miembros, actividades orientadas a fomentar la importancia de los recursos hídricos para el desarrollo, el bienestar social y los ecosistemas del planeta, a la luz de las recomendaciones del capítulo sobre Agua Dulce del Programa de Acción para el Desarrollo Sustentable, conocido como Agenda 21.
Con base en un informe reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la demanda de agua podría superar en un 44 por ciento los recursos disponibles anuales en 2050 y la demanda de energía podría aumentar en un 50 de aquí a esa fecha. El mundo se enfrenta por tanto a un gran reto, pues sin agua no hay energía.
Por ende, no se pueden permitir políticas que no tengan en cuenta que el agua es necesaria para producir hidroelectricidad y para la refrigeración en todos los procesos de generación de energía, o políticas que no consideren cuánta energía requieren para bombear el líquido, purificarla, transportarla, presurizarla y depurarla.
Un enfoque coherente y coordinado es claramente necesario, ya que estas cuestiones constituyen algunos de los desafíos de desarrollo más urgentes de nuestro tiempo.
En este contexto, la sociedad debe gestionar el agua dulce de manera sostenible con el fin de que exista suficiente para que todas las personas puedan beber y conservar su higiene y salud; para que los productores de alimentos puedan satisfacer la demanda de una población en continuo crecimiento; para las necesidades de la industria y que los países tengan la oportunidad de garantizar un suministro fiable de energía.
A medida que nuestro mundo evoluciona, necesitamos adaptarnos a la disminución del agua dulce disponible y prepararnos ante los cambios de los patrones meteorológicos y el aumento tanto del número como de la gravedad de las catástrofes naturales relacionadas con el líquido.
En este sentido, en el estado de Veracruz existen áreas naturales protegidas en la categoría de reserva ecológica, ecosistemas que proporcionan numerosos servicios ambientales, tales como la captación y purificación de agua.
En dichas áreas podrán realizarse actividades de turismo de bajo impacto ambiental, investigación científica y monitoreo de los ecosistemas, los cuales son necesarios para la evaluación, recuperación y conservación de los recursos existentes.