PMA advierte que los gobiernos de la región están desbordados por la salida de los venezolanos
Redacción MásNoticias, 24 de septiembre de 2018
Naciones Unidas.- Michelle ha cruzado el río que hace de frontera entre Venezuela y Colombia con su bebé, Ashley, en los brazos. Necesita medicinas que no puede conseguir en su país y que sí obtendrá de la Cruz Roja en el lado colombiano.
Como ella, unas 900 personas cruzan cada día a Cúcuta. La ciudad tiene una de las mayores tasas de desempleo en Colombia. Algunos cruzan para no volver, al menos por el momento; otros, que viven en zonas cercanas, cruzan a Colombia a comprar los bienes básicos que necesitan o a visitar a un médico.
“Está totalmente desbordada la ciudad. Ya no hay trabajo, los migrantes hablan de situaciones rudas, porque muchos están entrando sin papeles y no tienen ningún tipo de apoyo legal, no tienen acceso a la educación, a la salud muy precariamente y entonces están expuestos a todo tipo de abusos y de violencia”, dice Norah Restrepo, oficina regional de comunicaciones para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Los venezolanos siguen su camino a otras ciudades de Colombia, Ecuador y Perú. El viaje es todo menos sencillo. Ecuador está a 1600 kilómetros y tardan un mes en llegar. Caminan 11 horas al día y tienen que cruzar un paso de montaña a 3400 metros de altitud, con temperaturas bajo cero.
Daria Silva viaja con su familia de Cúcuta a Cali. Salieron de sus casas en Venezuela hace tres meses. “Era horrible porque nos estábamos muriendo de hambre”, dice en una entrevista con el PMA. “Estábamos pasando trabajo. No hay medicamentos, no hay comida, no hay nada. Y cada día es peor y peor. ¡Se están muriendo los niños!”
La mayoría de los venezolanos están muy poco preparados para el frío. “Les hemos preguntando que llevaban y nos dicen ropa, algunas cosas para dormir, pero ni bebida, ni comida, ni dinero porque no lo tienen”, cuenta Restrepo.
Arliani Pérez calza chancletas con medias. Lleva de la mano a su hija Arianny, de dos años. Viajan solas porque no podían seguir el ritmo al grupo con el que iban. “Todos los venezolanos pensamos salir, buscando una estabilidad buena para ellos (los hijos), pero nos encontramos en otro mundo que no es el de nosotros. Nos ha tocado muy rudo”, cuenta enjuagándose las lágrimas. Arliani quiere reunirse con su madre que está en Bogotá, aunque hace siete meses que no sabe nada de ella.
Restrepo asegura que ha visto mucha solidaridad en el pueblo colombiano. “La gente entiende muy bien el sufrimiento de las personas que están llegando desde Venezuela. El problema es que tanto las ciudades como los países están totalmente saturados”.
El Programa Mundial de Alimentos da comida caliente a los migrantes más necesitados, sobre todo mujeres y niños. Han atendido a más de 100.000 personas en Colombia y Ecuador. Otras organizaciones de la ONU como la agencia para los refugiados, ACNUR, y la Organización Internacional para las Migraciones también les proporcionan ayuda y asistencia legal.
El PMA no tiene presencia en Venezuela. “No hemos recibido ninguna petición del Gobierno para asistir, pero en tanto que nos pidiera tendríamos la posibilidad de asistir”, explica la portavoz.
Las organizaciones de la ONU se preparan para que el flujo de migrantes siga aumentando. “Vemos que la situación va a seguir incrementando. Hablamos de Sudamérica porque es la parte más impactada, pero también van a Centroamérica y el Caribe. Realmente ha llegado a ser una crisis regional y lastimosamente vemos que va a seguir aumentando”, explica Restrepo.
La situación de Venezuela llega a la ONU
La crisis en Venezuela será discutida al margen de la agenda oficial de la Asamblea General de la ONU.
Colombia está promoviendo la creación de un fondo humanitario de emergencia para hacer frente al éxodo de unos 2,3 millones de venezolanos en los últimos años, y convocó a una reunión de cancilleres de países receptores con países donantes y directivos del Banco Mundial, el BID y agencias de la ONU.
Desde el Programa Mundial de Alimentos recuerdan que, aunque las agencias de la ONU pueden ayudar a los diferentes Gobiernos a proveer asistencia, “los venezolanos necesitan una solución y un apoyo regional e internacional”.
«La situación ha llegado a niveles insostenibles y desesperados y esperamos que la comunidad internacional atienda a las personas que están sufriendo en este momento”, explica Restrepo. Naciones Unidas ha pedido que se cree un régimen regional para que los migrantes puedan adherirse a sistemas legales, trabajar, entrar al sistema educativo y sanitario.
El Grupo de Lima, creado por más de una decena de países americanos para intentar resolver la crisis en Venezuela, también se reunirá al margen de la Asamblea.