“El Indio” Fernández, protagonista de la Época de Oro del cine mexicano

Notimex, 15 de agosto de 2018

* El realizador será homenajeado con motivo del Día Nacional del Cine Mexicano; se exhibirán algunas cintas representativas de su trabajo

México.- Como parte de la celebración por el Día Nacional del Cine Mexicano, la Filmoteca UNAM rendirá homenaje al actor y director Emilio “El Indio” Fernández, figura fundamental de la época de Oro del Cine.

A 32 años de su fallecimiento, es una de las figuras más representativas del cine nacional y, por ello, la Filmoteca de la UNAM exhibirá una pequeña muestra de su trabajo.

Dentro de este homenaje, este miércoles 15 de agosto en la Sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario, se presentarán las cintas: «Maclovia» (1948), protagonizada por María Félix y Pedro Armendáriz, y fotografía de Gabriel Figueroa; función 12:00 horas. 

«Víctimas del pecado» (1950) protagonizada por Ninón Sevilla; función: 15:00 horas. «La perla» (1945) con Pedro Armendáriz y María Elena Marqués; función: 17:00 horas. En un tenor más urbano, «Salón México» (1948) con Marga López y Miguel Inclán; función 19:30 horas.

En el Cinematógrafo del Chopo se exhibirán de manera gratuita: «Pueblerina» (1949), estelarizada por Columba Domínguez y Roberto Cañedo; función: 12:00 horas.

«Soy puro mexicano» (1942) con Pedro Armendáriz, Janet Alcoriza y David Silva en el reparto principal; función: 17:00 horas. Para finalizar, se presentará la película «Una cita de amor» (1958) con Silvia Pinal, Carlos López Moctezuma y Jaime Fernández; función: 19:00 horas.

Considerado uno de los más grandes cineastas mexicanos y el principal representante del «nacionalismo cinematográfico», el director y actor Emilio “El Indio” Fernández, dirigió más 60 películas en las que mostró los aspectos tradicionales y rurales del pueblo, atributos que se convertirían en la imagen de México en el mundo.

Junto con el fotógrafo Gabriel Figueroa, el escritor y argumentista Mauricio Magdaleno y los actores Pedro Armendáriz, Dolores del Río y María Félix, formó uno de los más exitosos equipos creativos de la cinematografía nacional.

Fernández, integrante de una familia ligada al arte, nació el 26 de marzo de 1904 en Coahuila, estudió en la Academia Militar, se unió a la Revolución y salió del país a causa de su complicidad en un frustrado levantamiento contra Álvaro Obregón.

Se fue a Estados Unidos, donde ejerció diversos oficios como empleado de lavandería, camarero, estibador, ayudante de prensa y albañil, cerca de los estudios de Hollywood, circunstancias que favorecieron su incursión en el cine como extra y doble de estrellas como Douglas Fairbanks.

Su estancia en Estados Unidos coincidió con la llegada al país del director de cine ruso Sergei Eisenstein en 1930, cuyo manejo estético de Hollywood marcó significativamente su carrera como creador.

Después de ver fragmentos de “¡Qué viva México!”, película de Eisenstein realizada en ese país, consolidó su propósito de hacer cine con un estilo implacable y directo, donde la exaltación tanto de la fuerza, como de la belleza de México fueron evidentes.

Con el tiempo, esos elementos quedaron plasmados en la mayoría de sus películas en las que la estética de la Revolución, la evocación de la mexicanidad y la exaltación del patriotismo son constantes en sus cintas.

En 1928, el director de arte de la Metro-Goldwyn-Mayer, Cedric Gibbons, uno de los miembros fundadores de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, supervisó el diseño de la estatuilla del premio Oscar a partir de un boceto en papel.

Gibbons tuvo la necesidad de un modelo para su estatuilla, entonces su futura esposa, la actriz mexicana Dolores del Río le presentó a Emilio, quien posó para la elaboración de la efigie.

En 1933, regresó a México para incursionar en la industria fílmica local como actor en la película “Cruz Diablo” dirigida por Fernando de Fuentes, a quien posteriormente asistiría en “Allá en el Rancho Grande”; también logró el papel protagónico de “Janitzio”.

Con el apoyo financiero del general Juan F. Azcárate, en 1941, “El Indio” Fernández, un hombre recio de carácter, dirigió su primera película “La isla de la pasión” y en ese año viajó a Cuba, donde conoció a Gladys Fernández, quien sería su primera esposa.

Las películas “María Candelaria”, por la que fue galardonado con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, y “Flor silvestre” (ambas de 1943) se convirtieron en las cintas más destacadas de su trayectoria.

En 1945, con base en la historia del escritor estadunidense John Steinbeck, filmó “La perla”, considerada por la crítica como una obra de arte; en ella, una historia de la ignorancia y la miseria humana, cinta con la que ganó el premio a la Mejor Fotografía, y una Mención por su contribución a la mejor película para progresar en el Festival de Cine de Venecia (1947).

También recibió el Premio Ariel (1948) a la Mejor Película, Mejor Dirección, Actuación Masculina y Fotografía, asimismo, fue galardonado por la Hollywood Foreign Press Association y recibió un premio a la Mejor Fotografía en el Festival de Madrid.

En ese momento, su carrera estaba en la cima del éxito, después consolidó su éxito y su reputación en el ámbito internacional con películas como “Enamorada” con María Félix; “El fugitivo”, que ayudó a realizar con el director estadunidense John Ford.

Así como “Río Escondido”, ganadora de Mejor Fotografía en el Karlovy Vary en Checoslovaquia; “Pueblerina” con su entonces pareja, la actriz Columba Domínguez y “La malquerida”, todas ellas en las que exaltó el paisaje mexicano y la belleza de los rasgos indígenas, los atributos que, para ese tiempo, darían forma a la imagen de México en el mundo.

En 1950, “Salón México” ganó el premio a la Mejor Fotografía en el festival en Bruselas, Bélgica; año en el que filmó su única película en Hollywood, “The Torch”, una nueva versión de “Enamorada”, protagonizada por Paulette Goddard.

Posteriormente, realizó “Víctimas del pecado”, estelarizada por Ninón Sevilla, y “Cuando levanta la niebla”, con Columba Domínguez y Arturo de Córdova.

A mediados de la década de los años 50, sus películas entran en decadencia, con la aparición paulatina de otros directores de cine como Luis Buñuel y decidió regresar a su papel como actor.

En el campo de la actuación, apareció en cintas como “La cucaracha” (1959), “La bandida” (1963); “The Night of the Iguana” (1964), dirigida por John Huston, donde compartió créditos con Richard Burton y Ava Gardner.

Así como en “Return of the Seven” (1966); “Sierra prohibida” (1966) con Marlon Brando, entre otras; su cinta “Un soldado de Pancho Villa” (1967), participó en el Festival Internacional de Cine de Moscú.

A finales de los años 70 fue acusado del asesinato de un joven, delito por el que permaneció varios meses en la cárcel en Torreón; a su regreso a su casa en Coyoacán, vivió en soledad y vendía cultivos de su jardín para sobrevivir.

El 6 de agosto de 1986, Emilio Fernández falleció en la Ciudad de México, a los 82 años, a causa de las secuelas de una operación de peritonitis.