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Banda Filarmónica San Miguel, talento de niños y jóvenes indígenas veracruzanos

Banda Filarmónica San Miguel, talento de niños y jóvenes indígenas veracruzanos

Viridiana de la Rosa, 18 de mayo de 2017

Coatzacoalcos, Ver.- Cuando se escucha el sonido del clarinete, la trompeta, el saxofón, la tuba, la percusión, el tenor, alto y soprano, la tarola, el bombo y platillo y las notas musicales comienzan a inundar el ambiente tal pareciera que estos instrumentos musicales están siendo tocados por profesionales que llevan varios años con ellos.

Pero son tan solo niños y jóvenes entre los 8 y 18 años de edad, la mayoría oriundos de una pequeña comunidad de Acayucan.

Desde Coatzacoalcos nos trasladamos a San Miguel, asentamiento que se encuentra a 15 minutos de la cabecera municipal, ahí la modernización se ha negado a llegar por completo; los caminos son de tierra, las casas humildes y servicios básicos como el drenaje no existen, lugares para la recreación de los adolescentes y pequeños tampoco los hay en esta población de unos cuatro mil habitantes, pero aun así la gente te recibe con los brazos abiertos.

Aquí, donde la mayoría de las familias se sostienen del campo, surgió una banda de músicos que está dando de qué hablar en el sur de Veracruz, es la Banda Filarmónica San Miguel.

Surgió de la inquietud de unos padres de familia por preservar la música de la cultura zapoteca, ya que en San Miguel conviven indígenas populucas y una gran cantidad de personas oaxaqueñas que hicieron de estas tierras su hogar.

El sueño inició hace apenas tres años, también con el objetivo de que la nueva generación utilizara la música como distracción y evitar que tomaran los malos caminos.

En este predio rústico que les prestaron, adaptaron un lugar para practicar de lunes a sábado, de 5 de la tarde a 8 de la noche y todos los días en vacaciones mañana y tarde.

Improvisaron un techo con láminas sostenidas de troncos y ahí sin importarles los intensos calores comenzaron a practicar con algunos instrumentos donados y sin las mejores condiciones, pero hoy ya saben interpretar más de 200 melodías.

Pero no ha sido fácil, son 10 los padres de familia que prácticamente sostienen el aprendizaje de estos pequeños, son quienes le pagan al maestro que únicamente se dedica a capacitarlos. El apoyo por parte de las autoridades de la pasada administración estatal fue casi nula, aun así han hecho esfuerzos para representar a Acayucan en otras partes de la entidad, también en Nayarit y Oaxaca han tenido la fortuna de que funcionarios de los tres órdenes de gobierno se deleiten en cada canción.

Algunos de sus instrumentos ya están gastados por el uso, por lo que requieren que las autoridades competentes los volteen a ver y les apoyen para que la Banda San Miguel no deje de sonar.

Las aspiraciones de estos 18 chicos son grandes, darse a conocer para continuar llevando su música a distintas partes del país y atravesar las fronteras.