50 años del legendario concierto de The Beatles en la azotea
Notimex, 30 de enero de 2019
México, 30 Ene (Notimex).- Jueves helado y con un fuerte viento que complicaba a los ingenieros de sonido colocar los micrófonos, amplificadores y demás equipo, mientras los integrantes de la banda pelean entre ellos.
No están conformes con lo que iban a hacer, pese a que durante varios días habían hablado del tema. Hubo quien sugirió presentarse en las pirámides de Guiza, en Egipto; tocar en algún estadio vacío, en un barco a la mitad del Atlántico… ¿pero en el techo de la sede de su propio sello de grabación? Casi ninguno lo consideraba ideal para la filmación de su película “Let it be”.
La idea tampoco era nueva, Jefferson Airplane había tocado el 19 de noviembre de 1968 en el techo de un hotel en Nueva York. ¿Entonces? Más parecía que habían decidido salir pronto del atolladero y cada quien irse a su casa, lejos de sus compañeros con los que tenían tanto éxito pero se soportaban cada vez menos.
Y allí estaban, The Beatles y toda su parafernalia enfriándose en la parte superior del edificio ubicado en el número 3 de la calle Savile Row, sobre tablones de madera colocados solo para ellos y acompañados por los técnicos que batallaban a siete grados con el clima londinense, el malhumor y hastío de los artistas.
Les acompaña el pianista estadunidense Billy Preston, Tecladista, trabaja con los famosos “escarabajos” desde hace unas semanas luego de que su amigo George Harrison lo reclutara para colaborar en el disco y la gira de “Get back”, que luego cambiaría de nombre a “Let it be”.
Incluso actúa en esa y la película “Sargeant pepper lonely hearts club band”; después tocaría con Harrison en el “Concierto para Bangladesh” que el guitarrista organizó a beneficio de las víctimas de la guerra civil de ese país.
Detrás, tratando de evitar el viento helado, los observan la misteriosa Yoko Ono y Maureen Starkey, esposas de Lennon y Starr respectivamente, algunos empleados de Apple como Chris O’Dell y el entonces técnico de sonido Alan Parsons, además de Ken Mansfield, el gerente de Apple Records en Estados Unidos.
Tres vestidos de negro: Ringo Starr con el abrigo naranja de Maureen y calzado negro; John Lennon con tenis blancos y un abrigo de pieles café; Paul McCartney, barbón, con camisa blanca, zapatos de vestir y un simple saco oscuro, fue quien permaneció menos cubierto durante los 42 minutos que duró esa “tocada”.
Solo George vestía a colores, tenis azules con blanco, pantalones verdes y camisa roja, pero su abrigo invernal era negro. De lado derecho, junto a la puerta, un Billy Preston todo de negro y con chamarra de piel, parecía disfrutar el momento.
Michael Lindsay-Hogg es el encargado de grabarlos. Cineasta, documentalista, director de teatro, productor, pionero en videos musicales y el encargado de filmar “Let it be”, el documental del cuarteto de Liverpool.
El rol de temas estaba decidido: “Get back”, “Don´t let me down”, “I´ve got a feeling”, “One after 909” y “Dig a pony (All I want is you)”, que se interrumpió porque Lennon no recuerda su propia letra.
Brevemente interpretar su visión del himno nacional británico; luego, versiones de los temas anteriores: “I´ve got a feeling”, “Don´t let me down” y “Get back”, su última interpretación juntos, mientras en los alrededores decenas de personas se agolpan en las calles, los balcones y edificios para escuchar.
Es la hora de comer, muchas personas salen de sus oficinas. Las cámaras graban a adultos con bombín y pipa, chicas en minifalda, hombres con trajes oscuros o grises, jóvenes que brincan y saludan, muchos curiosos. El tránsito se detiene por momentos. Se esperaba esa reacción y muchos fueron entrevistados.
Como siempre hay inconformes, los comerciantes, banqueros y sastres de la zona se quejan a las autoridades del excesivo ruido y la multitud.
Al lugar es enviada una camioneta de la que bajan algunos agente coloquialmente llamados “bobbies”. Varios entran el edificio y tres de ellos suben al techo, hablan con Mal Evans, el encargado de la seguridad, pero no interrumpen el concierto, se quedan allí, escuchando hasta el final.
Después de esos 42 minutos de música en vivo y gratis, Lennon toma el micrófono: “Me gustaría darles las gracias en nombre del grupo y a nosotros mismos, y espero que hayamos pasado la audición”. Era un jueves 30 de enero de 1969.
Esta es la última aparición pública de The Beatles antes de que se separaran, su último recital. En septiembre de ese mismo año el grupo lanza el disco «Abbey road» y no vuelve más.
El álbum “Let it be” en el que trabajaron los cuatro durante dos años, salió a la venta hasta 1970, pese a haber sido realizado antes.
En noviembre de 2018 Mansfield publicó “The roof. The Beatles final concert”, un libro con su historia desde sus inicios en Capitol Records hasta su presencia en esa azotea; él definió este evento que pasó a la historia bajo el nombre del “Rooftop concert”, como “solo un día más en la oficina”.