Cumbre Tajín, encuentro cultural de prácticas milenarias
Martín Ramírez, 22 de marzo de 2013
La noche llega y es momento de pedir permiso a la Madre Tierra para iniciar una de las prácticas milenarias más antiguas: el juego de pelota.
Después del ritual los equipos se colocan al centro, tres golpes entre los bastones y uno a la tierra anuncian el comienzo.
Uarhukua, o juego de pelota, es una ceremonia al dios sol representado en el fuego; éste es un juego de honor, pues nunca se ataca por la espalda. Para los purépechas es un símbolo de valores.
Los bastones de juego sólo pueden ser otorgados por la Madre Tierra; por eso se utilizan troncos que se cortan en las noches de luna llena. El uarhukua en el día se juega con pelota de trapo, como un homenaje a la luna, y por la noche es la ceremonia al dios sol.
Antiguamente había partidas al término de las cosechas; ahora el juego es en fiestas patronales para unir lazos entre hermanos, entre amigos, entre pueblos.
Dentro deCumbre Tajín, el laboratorio de acrobacia indígena
Son los encargados de ponerle su toque a la Cumbre Tajín. La gente se alegra al verlos en su recorrido de presentación y es que muchos de ellos ya los conocen; se trata del laboratorio de acrobacia indígena, que causa la admiración de sus espectadores.
Aquí se presentan danzas antiguas, como la de los mecos, que ha pasado de generación en generación.
La incorporación de su pequeño hijo de cinco años de edad garantiza que la danza de los mecos permanezca a través del tiempo.
Los zancudos de Zaachila, Oaxaca, le ponen su toque de sabor al bailar con destreza desde las alturas. O los acróbatas de la Sierra del Totonacapan, que no requieren de grandes elementos para ganarse la admiración del respetable. Éstas son algunas de las tantas estampas de la Cumbre Tajín.